martes, 22 de septiembre de 2009

- drexler -

Causa y efecto

Estaba dejándome estar, oyendo el tiempo caer en los relojes de arena. Mirando un instante partir...y otro llegar...pensando en tu amor. Tu amor que viene y que va siguiendo las estaciones tu amor es causa y efecto de mis canciones. La vida cabe en un clic, en un abrir y cerrar, en cualquier copo de avena. Se trata de distinguir lo que vale de lo que no vale la pena. Y a mí me vale con que me des, poco más que nada. A mí me basta con una de tus miradas. (Pensando, estaba pensando por la ventana de aquel bar, mirando a la gente afuera ir y venir y juraría que te vi...). Estaba dejándome estar oyendo el tiempo caer en los relojes de arena. Mirando un instante partir y otro llegar, pensando en tu amor. Tu amor que viene y que va, siguiendo las estaciones, tu amor es causa y efecto de mis canciones. (Pensando, estaba pensando por la ventana de aquel bar, mirando a la gente afuera ir y venir y juraría que te vi...aunque sé que estás a un año luz de mí).

Sea

Ya estoy en la mitad de esta carretera, tantas encrucijadas quedan detrás. Ya está en el aire girando mi moneda, y que sea lo que sea. Todos los altibajos de la marea, todos los sarampiones que ya pasé. Yo llevo tu sonrisa como bandera, y que sea lo que sea. Lo que tenga que ser, que sea y lo que no por algo será. No creo en la eternidad de las peleas, ni en las recetas de la felicidad. Cuando pasen recibo mis primaveras, y la suerte esté echada a descansar, yo miraré tu foto en mi billetera y que sea lo que sea. Y el que quiera creer que crea, y el que no, su razón tendrá. Yo suelto mi canción en la ventolera, y que la escuche quien la quiera escuchar. Ya está en el aire girando mi moneda, y que sea lo que sea.

La edad del cielo

No somos más que una gota de luz, una estrella fugaz, una chispa, tan sólo, en la edad del cielo. No somos lo que quisiéramos ser, sólo un breve latir en un silencio antiguo, con la edad del cielo. Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo... No somos más que un puñado de mar, una broma de Dios, un capricho del sol del jardín del cielo. No damos pie entre tanto tic tac, entre tanto Big Bang, sólo un grano de sal en el mar del cielo. Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo...

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